Chile enfrenta dos brechas preocupantes que obstaculizan su desarrollo: la educativa y la científica. Los resultados del PAES 2024 revelan una profunda disparidad en el acceso a una educación de calidad. La baja concentración de puntajes máximos en la Región de Atacama (solo 8 de 269 a nivel nacional). Esta situación limita las oportunidades de los estudiantes y perpetúa las desigualdades sociales.
Si bien nuestra universidad subió 2 puestos en el ranking de las universidades de Chile del año 2023, del 35 al 33 de 45 instituciones, aún tenemos muchos desafíos para crecer y seguir posicionándonos. Esto podrá lograrse si las universidades de regiones son consideradas en la importancia que merecen para el desarrollo del país.
A modo de ejemplo, podemos citar la reciente decisión de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, de limitar la cantidad de proyectos por institución en el Concurso de Proyectos de Exploración, que ha generado debate. Algunos expertos advierten que esta medida podría marginar investigaciones disruptivas de universidades con mayor capacidad investigativa. Sin embargo, esta forma de selección privilegia la distribución centralizada de recursos y oportunidades, poniendo a competir a las instituciones educacionales de regiones en condiciones adversas solo por su ubicación geográfica.
Muestra de ello es el desglose de la distribución geográfica de los proyectos adjudicados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, durante el pasado 2023: en la Macrozona correspondiente a la Región Metropolitana, se adjudicaron 1927; en la Macrozona Centro Norte se adjudicaron 588; en el tramo que corresponde a la Macrozona Centro se adjudicaron 452; en la Macrozona Sur la cifra alcanza a 395; mientras que en nuestra Macrozona Norte, solamente se adjudicaron 192 proyectos, la cifra más baja en todo el territorio nacional. Estos datos fueron extraídos desde la base de datos disponible en la web de la institución.
Brindar apoyo a las universidades regionales para fortalecer sus capacidades de investigación, a través de financiamiento, acceso a infraestructura y equipamiento, y programas de intercambio académico, además de fomentar las colaboraciones entre universidades e instituciones de diferentes regiones, creando redes de investigación y proyectos conjuntos que potencien el desarrollo científico a nivel nacional, resultan de vital importancia para potenciar el desarrollo científico de nuestras regiones, con foco en la descentralización, generando políticas públicas en materia de educación y ciencia con una visión de largo plazo, que consideren las necesidades y desafíos específicos de cada región y las tendencias globales en estos ámbitos.
La equidad en la educación y la ciencia no es solo un tema de justicia social, sino una condición indispensable para el desarrollo sostenible de Chile. Invertir en estas áreas significa invertir en el futuro del país, creando una sociedad más justa, próspera e innovadora para todos. Es hora de actuar con decisión y compromiso para superar estas brechas y construir un Chile con mayores oportunidades para todos sus habitantes.
La construcción de un Chile más equitativo y desarrollado requiere un esfuerzo conjunto de toda la sociedad; Un compromiso con la educación, la ciencia y la innovación que nos permita alcanzar nuestro máximo potencial como país.