Por Sofía Vargas Roberts, seremi de Gobierno de Atacama.

El quiebre democrático llevado a cabo por militares y civiles hace 50 años, es una herida profunda que no termina de cicatrizar. El Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha presentado avances importantes en este aspecto, como el Plan Nacional de Búsqueda, cuyo objetivo es esclarecer las circunstancias de desaparición y/o muerte de las personas víctimas de desaparición forzada, de manera sistemática y permanente, de conformidad con las obligaciones del Estado de Chile y los estándares internacionales.

Son avances importantes en la búsqueda de una verdad que nos una como país y que profundice el aspecto democrático de nuestro Estado, donde se exige justicia y reparación, pero sobre todo, que nunca más vuelvan a repetirse eventos de esta índole, con violencia y sólo por pensar distinto.

En este sentido, la región de Atacama ha sido ejemplar en estas fechas, donde el desarrollo de las actividades conmemorativas por los 50 Años del Golpe de Estado, han estado marcadas por la seguridad, solemnidad y respeto ante las fracturas producto del quiebre democrático. Donde las Agrupaciones de Familiares y Amigos de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos no han sufrido una revictimización, ya que no debieron enfrentar la violencia que se vio en otras marchas a lo largo del país.

Nuestra región no sufrió detenciones, cortes de ruta, enfrentamientos con las policías ni mucho menos con las organizaciones ya mencionadas. Y esto, que debería ser la norma en un país con una democracia robusta, se transforma en un aspecto singular y particular de nuestro territorio. Y si bien, en algún sentido nos sentimos orgullosos, también nos apena que esto no se repita en todo Chile.

Porque entendemos la frustración de muchas y muchos, pero al mismo tiempo sabemos que la democracia es como un músculo, como un órgano, como el corazón, que debemos proteger y entrenar para hacerlo fuerte y que soporte las exigencias de un cuerpo que mientras más avanza, más necesidades encuentra en su camino y que por lo mismo, debemos preparar para no caer en peligros que lo dañen.