Cada 8 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Urbanismo, fecha que fue propuesta en 1949 por el ingeniero y catedrático argentino Carlos Maria della Paolera y que actualmente se celebra en más de 30 países del mundo. Esta iniciativa surgió con la finalidad de poner en valor la planificación urbana y hacer un llamado de atención sobre la necesidad de generar espacios al aire libre que permitieran el esparcimiento, la recreación y la sana convivencia.
En Chile, particularmente el urbanismo tomó fuerza en diciembre de 1965 con la creación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, más conocido como MINVU; institución pública a cargo de la planificación, desarrollo y construcción de viviendasy, además, de urbanizar y normar el uso de los espacios de los centros urbanos, haciéndolos apropiados para vivir.
Afortunadamente para todas las personas amantes de estas materias (entre las que me incluyo), el urbanismo es una corriente que cada día toma más fuerza y que a la fecha ha logrado concientizar sobre la necesidad de contar con áreas que promuevan e inviten a compartir instancias en espacios agradables que ayuden a cultivar la salud física y mental, donde las actividades al aire libre, las áreas verdes y el compartir zonas de uso común, entregan sin duda una sensación de bienestar que nos invita igualmente a ser disciplinados y responsables con nuestro entorno y medio ambiente.
Comprometido con esta cruzada, el MINVU activó a nivel nacional una serie de actividades que destacarán la presencia del urbanismo en todas las regiones. Se trata del mes de las “Ciudades Justas”, donde se realizarán seminarios, encuentros, inauguraciones de obras – por mencionar algunas -, que permitirán dialogar sobre urbanismo y colocar el tema en la palestra pública para convertirlo en un “buen tema de conversación” y un desafío común junto a la comunidad, academia, gremios, gobiernos locales y regionales e instituciones públicas y privadas.
El Plan Ciudades Justas es uno de los tres ejes estratégicos del Minvu, junto al Plan de Emergencia Habitacional y el Área Social, y representa la visión estratégica de este Ministerio para el desarrollo y gestión de las ciudades y territorios de nuestro país para los próximos 10 años y donde, como equipo regional, estamos enfocados en lograr no solo metas y números, sino además lograr una mayor concientización de los efectos positivos que producen los “espacios públicos” en la vida de las personas.
Hablar de urbanismo es hablar de parques, plazoletas, áreas verdes, planes reguladores, conjuntos habitacionales, sedes sociales, canchas, sombreaderos; es hablar de planificación, es hablar de programas de alto impacto social como el “Quiero mi Barrio” y “Pequeñas Localidades”; es hablar de educación; es hablar de oportunidades; de lugares de encuentro y de convivencia social; es soñar y trabajar por una vida colectiva de mejor y mayor calidad; es siempre una invitación a aportar al bien común y sentirnos parte de nuestro entorno.
En Atacama, solo por citar algunas obras de alto impacto en el Día Mundial del Urbanismo, el MINVU ha hecho su colaboración entregando a la comunidad espacios públicos como el parque Kaukari y el parque Esmeralda en Copiapó, el parque Río de Oro en Huasco, el parque Monseñor de Ariztía en Caldera, el parque Andrés Bello en Chañaral, mejoras en el Paseo Ribereño de Vallenar y la construcción de parte del Paseo Borde Quebrada Agua Salada en la comuna de Freirina. Igualmente hemos mejorado plazas y plazoletas en Diego de Almagro, Tierra Amarilla y Alto del Carmen. Actualmente está en obra el próximo parque Llanos de Ollantay en la capital regional y la presencia en todas las comunas de la región con programas sociales-urbanos como Quiero mi Barrio y Pequeñas Localidades que centran su atención en la participación ciudadana que luego se traduce en la ejecución de espacios públicos demandados por la propia comunidad para fortalecer sus liderazgos y espacios de encuentro.
En resumen, el urbanismo es una tarea felizmente de nunca acabar, donde el principal desafío no está en lograr el “corte de cinta tricolor”, sino más bien en lograr la ocupación responsable de estos espacios y su buen uso, permitiendo así multiplicar sus beneficios y entregándonos la oportunidad de construir las ciudades que queremos.