Por Sofía Vargas Roberts, seremi de Gobierno de Atacama.-

No ha sido fácil para el Gobierno llegar a un acuerdo en este importante paso hacia mejorar los ahorros previsionales de los y las jubiladas, como también de las futuras generaciones que se verán beneficiadas con esta iniciativa. Si bien el proyecto ha tenido avances, la misma indolencia de cierta parte de la oposición ha diezmado los diálogos emanados desde los Ministerios involucrados en las negociaciones.

La Reforma Previsional es una prioridad para el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, que ya lleva casi un año desde su propuesta inicial, sin mayores avances. A pesar de los gestos, que han incluido conformar mesas de partidos políticos, donde en primera instancia participó toda la diversidad democrática. Luego, hubo requerimientos desde sectores de la derecha, de ver condicionada las negociaciones con la salida de un ministro.

Son muchas las voces que se suman a lo que planteaba el fin de semana pasado la ministra de Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, cuando señaló que aquí hay algo en lo que no se puede pasar de lista la oposición, si aquí no ha habido reforma es porque ellos no han estado disponibles para dialogar con un acuerdo en concreto. El Gobierno ha manifestado abiertamente su disposición a ceder respecto a diversos aspectos de la reforma, como las cuentas nocionales, el modelo original contemplado para la reorganización de la industria y la distribución de la cotización adicional de 6%.

Porque al final del día, quienes reciben los impactos de tener que preguntarse cada fin de mes si pagar los medicamentos, o pagar la alimentación o pagar el arriendo, no están negociando en el congreso, sino que están esperando en los hogares de nuestras ciudades. Y debemos avanzar en conjunto, pues de otro modo los y las rezagadas serán, como siempre, los y las trabajadoras más precarizadas de nuestro país. Por esto y por más, es necesario que la ciudadanía pueda mejorar sus pensiones con esta reforma, entendiendo que la política se hace dando cabida a pensar más allá de los dogmas, cediendo para el bien común, para que así pueda ganar la gente común y corriente de nuestro país. Para un mejor Chile.