La academia y la práctica: las claves de la Junta de Vigilancia del río Huasco para avanzar en la predicción de caudales y evitar desastres

   La iniciativa permitirá diseñar instrumentos y actualizar modelos para pronosticar fenómenos climáticos y mitigar su impacto.

Con el objetivo de fortalecer las capacidades técnicas existentes la Junta de Vigilancia de la cuenca del Río Huasco y sus afluentes (JVRH), la Universidad de La Serena y el Centro de Aguas para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe (CAZALAC- UNESCO) acordaron un convenio de cooperación científica para actualizar el modelo de predicción de caudales de la cuenca del río Huasco,  generar instrumentos y diseñar herramientas que permitan anticipar desastres en la provincia del Huasco, en la región de Atacama. Acordó

La alianza colaborativa se originó entre el gerente general de la JVRH, Ing. Víctor González, el director de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Serena, Mg. José Mora; el jefe del Área Hidráulica del Departamento de Ingeniería Civil en Obras Civiles, Ing. Edmundo González; el director ejecutivo de CAZALEC-UNESCO, Gabriel Mancilla; y el académico Rodrigo Concha en un encuentro donde se trazaron los primeros lineamientos de trabajo.

“Hoy estamos ocupados en generar herramientas que nos permitan pronosticar, informar y determinar fenómenos climáticos con instrumentos tecnológicos desarrollados de forma conjunta con la academia, vinculando lo científico con lo práctico. Hemos presenciado eventos climáticos significativos años anteriores que han costado vidas humanas y pérdidas irreversibles, consecuencias que podemos evitar desarrollando un trabajo conjunto con la academia y la Delegación Presidencial Provincial del Huasco encabezada por Rodrigo Loyola”, explicó Víctor González.

José Mora, director de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Serena, sostuvo que “el propósito es poner a disposición aquellos elementos que desde la academia y lo internacional pudiésemos aportar a los desafíos que tiene la Junta de Vigilancia, tanto desde el modelamiento y la solución de problemas que signifiquen una mejora permanente en las condiciones hídricas de la cuenca y de la provincia, poniendo como piloto la Junta de Vigilancia del Huasco, dado el desarrollo que ha tenido en materia tecnológica y en la  administración de los recursos hídricos que es bastante importante en la zona norte del país”.

El académico del Departamento de Ingeniería y Obras Civiles de la Universidad de La Serena, Edmundo González, destacó que “lo más importante es el enfoque que la Junta de Vigilancia le está dando al uso del recurso hídrico como gestión. La optimización del uso debiera ser a través de la buena aplicación del mundo de la academia e ingeniería, como lo están haciendo hasta ahora. Debemos replicar el modelo que usa la Organización de Usuarios de Aguas de la provincia del Huasco para disminuir el impacto de la escasez hídrica”.

Por su parte, Gabriel Mancilla, director ejecutivo del CAZALAC-UNESCO, enfatizó en lo “relevante de darle sustento y fundamentos técnicos a las labores que realizan las Juntas de Vigilancia. Si bien Huasco lo ha hecho muy bien, quiere ir más allá en sincronía con la academia y con el mundo de la investigación que puede generar un sustento mucho mayor”.

En el mismo contexto, Mancilla agregó que es posible “implementar iniciativas que UNESCO ha llevado a otras cuencas a nivel mundial, en Chile se hizo en el Limarí, un modelo de toma de decisiones en situaciones de incertidumbre llamado CRIDA, (Análisis de decisiones basadas en el riesgo climático), y en el Huasco se podría aplicar de una manera más avanzada debido a los datos y avances con los que ya cuentan”.

Asimismo, de forma paralela, se han realizado coordinaciones con la Universidad de Columbia y la Universidad de Wisconsin- Madison para ampliar la asociatividad científica involucrando a distintos expertos del mundo académico nacional e internacional.

Cabe recordar que la Junta de Vigilancia del Río Huasco y la Delegación Presidencial Provincial conformaron una alianza público-privada, en la que participarán Municipalidades y otros organismos públicos, incluido el Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED), con el fin de anticiparse y preparar a la provincia ante eventuales fenómenos climáticos.